En 2005, Ellen MacArthur se convirtió en la navegante en solitario más rápida en dar la vuelta al mundo. Cinco años después, creó la Fundación en su nombre para acelerar la transición hacia una economía circular.
Después de dar la vuelta al mundo, llevando consigo todo lo que necesitaba, regresó con nuevos conocimientos sobre la forma en que funciona el mundo, como un lugar de ciclos entrelazados y recursos finitos, donde las decisiones que tomamos hoy afectan lo que queda para el mañana.
Al pasar 71 días sola en el mar, confrontada por el asombroso poder y la deslumbrante belleza de la naturaleza, Ellen comenzó a reflexionar sobre la fragilidad de los sistemas que hemos construido. Su barco era su mundo y su supervivencia dependía por completo de la comida, del combustible y de otros suministros limitados que había traído consigo. Se dio cuenta de que nuestra economía global no es diferente: depende completamente de los recursos finitos que extraemos, usamos y luego desechamos.
“Ninguna experiencia en mi vida podría haberme dado una mejor comprensión de la palabra finito”.
Ellen MacArthur
Cuando regresó, comenzó un nuevo viaje de aprendizaje para comprender cómo funciona nuestra economía. Se dio cuenta de que las soluciones a nuestros mayores problemas no solo se encuentran en la forma en que generamos energía, sino también en la forma en que utilizamos los materiales. Todo lo que usamos es de suministro limitado, desde los metales preciosos en nuestras computadoras y teléfonos hasta la arena en el cemento que se usa para construir edificios.
Ellen encontró que el sistema lineal en el que vivimos es fundamentalmente defectuoso. Se preguntó cómo sería una economía exitosa que usa las cosas, en lugar de agotarlas. Después de hablar con líderes empresariales, ingenieros y otros expertos, concluyó que construir un sistema que pueda funcionar a largo plazo está a nuestro alcance. Pero tendríamos que transformar nuestro modelo económico extractivo y desechable en uno basado en los principios de una economía circular, una economía diseñada para mantener los materiales en uso, eliminar los residuos y regenerar los sistemas naturales.