El análisis de la evaluación más amplia hasta la fecha de las acciones de las ciudades circulares en Europa identifica seis prioridades para acelerar las transiciones circulares locales. A medida que crece el impulso para la transición, las ciudades europeas dan ejemplo.
Por Joshua Newton, gerente del programa de Instituciones y Ciudades, e Isobel Pinckston, Redactora
El Informe sobre el DIRCE 2024 aporta información valiosa para los responsables de la toma de decisiones en todos los niveles de gobierno. A las ciudades, les proporciona inspiración y enseñanzas prácticas, y a los gobiernos, les arrojará luz sobre la aplicación y es de esperar que sirva de base para futuras políticas. - Minne Arve, Alcalde de Turku
Desde el departamento de reutilización de muebles de Bergen hasta un festival circular anual en Brujas; desde la flota de coches compartidos de Gante hasta el impuesto de pago por tirar de Guimarães, ciudades de toda Europa están dando ejemplo en la transición hacia una economía circular. En colaboración con ICLEI Europa y Circle Economy, el último Informe de la Declaración de Ciudades Circulares 2024 ofrece la evaluación más completa hasta la fecha de la aplicación local de acciones de economía circular en Europa.
Basado en las evaluaciones de los propios funcionarios municipales, el informe describe las principales estrategias y actividades de economía circular de 54 ciudades europeas. En él se constata que la mayoría (78 %) de las ciudades cuentan con estrategias de economía circular, diseñadas explícitamente para una transición circular o integradas en otras estrategias, como los planes de acción por el clima. Además de sintetizar las principales enseñanzas extraídas de la aplicación de las estrategias, el informe se centra en la forma en que las ciudades están abordando dos ámbitos de creciente importancia para la transición circular: (1) cómo medir los avances y (2) qué aspecto tiene en la práctica la regeneración de la naturaleza en los centros urbanos.
Muchas ciudades ya están midiendo e informando sobre una amplia gama de indicadores "circulares", así como estableciendo objetivos más ambiciosos, como el aumento de la reutilización y la reducción de las emisiones de consumo. Sin embargo, la falta de indicadores comunes y las considerables diferencias en la comprensión de lo que debe medirse entrañan el riesgo de duplicar esfuerzos y aumentar las divergencias entre ciudades, lo que dificultará la comparación y la validación.
El informe también concluye que las ciudades siguen en una fase exploratoria en lo que respecta a la regeneración de la naturaleza. Aunque las ciudades están utilizando la planificación y las políticas alimentarias para lograr resultados positivos para la naturaleza en reconocimiento del papel fundamental que desempeñan los sistemas naturales en la resiliencia y la prosperidad de las ciudades, es necesario reforzar los vínculos entre la economía circular y los impactos sobre la naturaleza.
Áreas de interés común: Alimentación y bioeconomía y entorno construido
Entre las principales conclusiones sobre la aplicación, el informe revela que se están llevando a cabo más de 200 acciones circulares distintas en las ciudades. Alrededor de un tercio de estas acciones se centran en la alimentación y la bioeconomía o en las cadenas de valor del entorno construido, los dos mayores contribuyentes a las emisiones mundiales de carbono y a la generación de residuos.
En alimentación, municipios de todos los tamaños están estrechando relaciones con los productores locales de alimentos que cultivan de forma respetuosa con la naturaleza: Liubliana ofrece asistencia técnica a los agricultores, mientras que Izmit pone más tierras a disposición de las cooperativas locales. Braga, Évora, Malinas y Zúrich son algunas de las muchas ciudades que apoyan los mercados locales de alimentos o los sellos alimentarios locales que fomentan la producción y el consumo de alimentos respetuosos con la naturaleza.
En el entorno construido, más de la mitad de las ciudades (57 %) identificaron los procesos de planificación como una forma decisiva de integrar los principios circulares en las actividades de la ciudad. Los planes de ordenación del territorio permiten a las ciudades proteger y restaurar la naturaleza, conectar o crear más espacio para la naturaleza, así como hacer crecer la ciudad y construir con la naturaleza. Ciudades como Espoo y Bodø han aplicado medidas de planificación que integran los principios de la economía circular en el tejido de los nuevos desarrollos de los distritos. Estas iniciativas dan prioridad a soluciones neutras en carbono y regenerativas, estableciendo un nuevo estándar para el desarrollo urbano. Además, al fomentar la reutilización, el reciclado y la reutilización de materiales, las autoridades locales promueven el desarrollo de un paisaje urbano resiliente y positivo para la naturaleza que se ajusta a los principios del desarrollo sostenible.
Una buena gobernanza contribuye al éxito
Los perfiles de las ciudades del informe demuestran el potencial de innovación política de los gobiernos locales para probar y demostrar nuevas soluciones circulares. La financiación y los recursos son cruciales para liberar este potencial de innovación. A pesar de que cada vez hay más estrategias dedicadas a la economía circular y estructuras de gobernanza claras, la falta de recursos fue el reto más citado.
Aun así, el informe revela que, además de establecer equipos dedicados a la economía circular (como los cinco empleados a tiempo completo de Florencia), las ciudades también están garantizando la integración de la economía circular en los distintos departamentos municipales. El enfoque de gobernanza integrada de Eskiltuna, por ejemplo, garantiza que todos los equipos clave tengan responsabilidades distintas y claramente definidas, incluidas las adquisiciones, la gestión de la propiedad, el trabajo interno y los servicios de educación de adultos. Garantizar la coordinación interdepartamental, así como la colaboración con organismos externos, parece clave para desbloquear recursos y estimular la innovación política real.
Seis acciones prioritarias que pueden acelerar las transiciones circulares locales
A pesar de que las actividades circulares son más numerosas que nunca, los informes de todas las ciudades dejaron claro que es necesaria una mayor acción concertada y colectiva para lograr un cambio sistémico. Se identificaron seis acciones prioritarias para los responsables políticos, las empresas, la sociedad civil y los ciudadanos.
Trabajar por una métrica común de la economía circular
Los datos de rendimiento pueden ayudar a las ciudades a proporcionar una justificación económica para la adopción de enfoques de economía circular, y demostrar cómo estos ayudan a hacer frente a los desafíos globales, como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, los residuos y la contaminación. Mediante la colaboración, las ciudades pueden consolidarse en torno a un conjunto de indicadores prioritarios que se ajusten a las principales iniciativas de información. De este modo se mejorará la comparabilidad y se garantizará que las ciudades dispongan de la información que necesitan para tomar decisiones eficaces.
Fijar objetivos más ambiciosos, también en materia de emisiones basadas en el consumo
Junto con la adopción de objetivos de materiales en la fuente, como la reutilización y el consumo de materiales vírgenes, las ciudades punteras están estableciendo objetivos de emisiones basados en el consumo de Alcance 3. Tales objetivos garantizarán que las ciudades lleven los debates sobre la economía circular más allá de centrarse en intervenciones posteriores, como el reciclado, y cuestionen la necesidad de una costosa gestión de residuos en primer lugar. De este modo, una mirada más ascendente puede garantizar que las ciudades cosechen todos los beneficios de la transición a la economía circular, especialmente en relación con el cumplimiento de los objetivos y metas climáticos.
Plantear la economía circular en todos los departamentos de la ciudad para desbloquear recursos
Para garantizar que la economía circular no se considere una solución aislada a problemas específicos, sino una parte integral del plan estratégico y las operaciones de una ciudad, es vital que los principios y enfoques de la economía circular se integren en todos los ámbitos de la gobernanza, la planificación y la toma de decisiones. A través de la coordinación interdepartamental y los grupos de trabajo, la adopción de un enfoque que englobe a todo el gobierno de la ciudad ayudará a las ciudades a acceder a más recursos y a aprovechar los fondos de financiación pertinentes pero que antes se pasaban por alto.
Innovar soluciones sistémicas circulares
Todavía se necesitan urgentemente nuevas políticas y soluciones sistémicas circulares. Aunque este informe identifica más de 200 acciones que las ciudades podrían reproducir o de las que podrían aprender, es necesario avanzar mucho más para liberar el potencial económico y medioambiental de la economía circular. Las ciudades deben seguir utilizando todas las palancas políticas disponibles para probar e innovar soluciones que puedan ampliarse.
Defender un nuevo paradigma
En los ámbitos en los que la innovación de los gobiernos locales por sí sola no es suficiente, las ciudades también deben abogar claramente ante los gobiernos centrales, los agentes financieros y otras partes interesadas por marcos y paquetes de políticas de economía circular más coherentes, y crear conexiones entre estos responsables clave de la toma de decisiones. Para hacer frente a los verdaderos costes de la producción y el consumo lineales, también son fundamentales las reformas fiscales y los mecanismos de recuperación de costes, como los sistemas de responsabilidad extendida del productor (REP).
Integrar la naturaleza en todos los procesos de toma de decisiones
Las ciudades deben seguir mejorando su conocimiento del entorno natural que las sustenta. La cartografía espacial completa de las infraestructuras verdes, azules y grises, y el seguimiento del impacto sobre la naturaleza o la huella ecológica de las operaciones de la ciudad y los flujos urbanos contribuirán a ello, del mismo modo que las partes interesadas contabilizan las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Al mismo tiempo, la utilización de herramientas como el Urban Greening Plan Guidance and Toolkit servirá para fijar objetivos y planificar acciones positivas para la naturaleza y, a su vez, ayudará a las ciudades a adoptar un enfoque más sistemático para regenerar la naturaleza.
En un año decisivo para la democracia europea y el futuro del Pacto Verde Europeo, el Informe sobre la Declaración de Ciudades Circulares 2024 ofrece el estado de la cuestión a los responsables políticos.
Las ciudades deben ser un punto focal para las colaboraciones público-privadas a escala con el fin de garantizar una aplicación eficaz y lograr una transición más justa hacia una economía circular. Esto requiere una gobernanza multinivel en el centro de las estrategias nacionales y de la UE relacionadas con la economía circular. La sociedad civil, junto con unas relaciones empresariales más estrechas, también desempeña un papel integral a la hora de garantizar que las transiciones circulares locales sean distributivas, inclusivas y tangibles.