El segundo principio de la economía circular es hacer circular productos y materiales en su valor más alto. Esto significa mantener los materiales en uso, ya sea como producto o, cuando ya no se puedan usar, como componentes o materias primas. De esta manera, nada se convierte en residuo y se conserva el valor intrínseco de los productos y materiales.
Hay varias formas en que los productos y materiales pueden mantenerse en circulación y es útil pensar en dos ciclos fundamentales: el ciclo técnico y el ciclo biológico. En el ciclo técnico, los productos se reutilizan, reparan, remanufacturan y reciclan. En el ciclo biológico, los materiales biodegradables se devuelven a la tierra a través de procesos como el compostaje y la digestión anaeróbica.
Ciclo técnico
La forma más efectiva de retener el valor de los productos es mantenerlos y reutilizarlos. Tome un teléfono, por ejemplo: es mucho más valioso como teléfono que como un montón de componentes y materiales. Por eso, los primeros pasos del ciclo técnico se centran en mantener los productos completos para conservar el máximo valor posible. Esto podría incluir modelos comerciales basados en compartir, de modo que los usuarios obtengan acceso a un producto en lugar de poseerlo y más personas puedan usarlo con el tiempo. Podría implicar la reutilización a través de la reventa. Podría significar ciclos de mantenimiento, reparación y renovación.
Eventualmente, cuando el producto ya no se puede usar, sus componentes pueden ser refabricados. Las piezas que no se pueden volver a fabricar se pueden descomponer en sus materiales constituyentes y reciclarse. Si bien el reciclaje es la opción de último recurso porque significa que se pierde el valor incrustado en los productos y componentes, es de vital importancia como paso final que permite que los materiales permanezcan en la economía y no terminen como residuos.
Ciclo biológico
Los materiales biodegradables que no se pueden reutilizar, como algunos subproductos alimentarios, pueden volver a circular en la economía en el ciclo biológico. Mediante el compostaje o la digestión anaeróbica de materiales orgánicos, se pueden usar nutrientes valiosos, como nitrógeno, fósforo, potasio y micronutrientes, para ayudar a regenerar la tierra de manera que podamos cultivar más alimentos o materiales renovables como el algodón y la madera.
Algunos productos, como la ropa de algodón o los muebles de madera, pueden circular tanto por el ciclo técnico como por el biológico. Se pueden mantener, reutilizar, reparar y, a veces, incluso reciclar, pero finalmente se pueden devolver al ciclo biológico del que proceden. Compostados o digeridos anaeróbicamente, pueden alimentar el suelo para cultivar algodón o madera nuevos.
El diseño es la clave del éxito
Para que los productos circulen con éxito en el ciclo biológico o técnico, es esencial que se hayan diseñado pensando en su eventual circulación. Hay muchos productos en nuestra economía actual que no pueden circular en ninguno de los ciclos y terminan como residuos. Hay productos que fusionan materiales técnicos y biológicos de tal manera que no podemos separarlos y circularlos, por ejemplo, textiles que mezclan fibras naturales y plásticas.
Si los diseñadores pensaran en cómo su producto podría encajar en los ciclos técnicos o biológicos después de su uso, ese producto podría fabricarse con ese camino en mente. Por ejemplo, los productos destinados a ciclos técnicos se beneficiarían de ser fáciles de reparar y mantener, fáciles de desmontar y fabricados con componentes modulares que pueden reemplazarse. Podrían ser lo suficientemente resistentes como para soportar el desgaste de muchos usuarios. Y podrían estar hechos de materiales que se reciclan fácilmente.
Si los productos como los muebles de madera se diseñaran teniendo en cuenta el ciclo biológico, además de ser fáciles de mantener y reparar, sus materiales biodegradables (como la madera) se separarían fácilmente de sus materiales técnicos (como los tornillos) y si las colas y las pinturas se usaran, serían biodegradables. Otros productos, como los recipientes de alimentos para llevar, pueden diseñarse para que sean compostables después de un uso, de modo que aumenten las posibilidades de que los restos de comida que contienen regresen al suelo.
Ejemplos de empresas que diseñan para la circulación
Hay muchas empresas innovadoras que ya diseñan sus productos pensando en la recirculación. Ecovative fabrica envases compostables a partir de subproductos agrícolas (las partes de los cultivos que no se pueden comer) y micelio (raíces de hongos). El envase funciona como el poliestireno expandido para proteger los artículos frágiles en tránsito, pero es de una fuente renovable y no contribuye a los residuos plásticos. El micelio es una red fúngica de células filiformes que actúa como un pegamento natural que se autoensambla. Crece en 5-7 días sin necesidad de luz ni agua, digiere los subproductos agrícolas y se une a cualquier forma necesaria. Al final del proceso, el material pasa por un proceso de deshidratación y tratamiento térmico para detener el crecimiento y garantizar la ausencia de esporas o alérgenos. Una vez utilizado, puede convertirse en abono de forma segura y devolverse al suelo.
Resortecs ha desarrollado una solución innovadora para mejorar el reciclaje de prendas cosidas, como vaqueros y chaquetas, que deben desmontarse antes de poder reciclar sus materiales constituyentes. El proceso de desmontaje existente lleva mucho tiempo y es costoso, ya que la prenda y sus componentes se mantienen unidos mediante un hilo sintético de alta resistencia, en la mayoría de los casos de poliéster. Antes de reciclar, las piezas de la prenda deben separarse, quitándoseles el hilo, de lo contrario, la calidad del producto reciclado se verá comprometida. Resortecs ha diseñado un hilo soluble, lo que facilita el proceso de desmontaje y ayuda a mantener los textiles en la economía.
Los hilos Resortecs se disuelven en un horno comercial y están disponibles para diferentes puntos de fusión (150C, 170C y 200C) según el tipo de prenda que se vaya a desarmar. La solución Resortecs permite desmontar hasta 500 kg de ropa al mismo tiempo.
Muchas empresas están adoptando envases reutilizables como una forma de mantener los materiales en circulación. Loop, que opera en Francia, Reino Unido y Estados Unidos, es una plataforma de reutilización que ofrece productos de grandes marcas, como el detergente Tide y el Ketchup Heinz, en envases reutilizables. Cuando un contenedor está vacío, no es necesario que el cliente lo limpie o clasifique. Se recoge en su domicilio o se puede dejar en las tiendas participantes. Luego, los contenedores se limpian profesionalmente, se rellenan y se usan nuevamente.
Tiempo de acción
Al adoptar el segundo principio de la economía circular, hacer circular productos y materiales, retenemos el valor incrustado en los productos y los materiales de los que están hechos. Al hacerlo, mantenemos materiales finitos en la economía y fuera del medio ambiente, y devolvemos materiales biodegradables a la tierra de manera segura.