El tercer principio de la economía circular es regenerar la naturaleza. Al pasar de una economía lineal de extraer, producir y desperdiciar a una economía circular, apoyamos los procesos naturales y dejamos más espacio para que la naturaleza prospere.
De la extracción a la regeneración
Al cambiar nuestra economía de lineal a circular, cambiamos el enfoque de extracción a regeneración. En lugar de degradar continuamente la naturaleza, construimos capital natural. Empleamos prácticas agrícolas que permiten que la naturaleza reconstruya los suelos, lo que aumenta la biodiversidad, y devuelva materiales biológicos a la tierra. Actualmente, la mayoría de estos materiales se pierden después de su uso y la tierra utilizada para cultivarlos se queda sin nutrientes.
Si pasamos a un modelo regenerativo, comenzamos a emular los sistemas naturales. No hay desperdicio en la naturaleza. Cuando una hoja cae de un árbol, alimenta el bosque. Durante miles de millones de años, los sistemas naturales se han regenerado. Los residuos son un invento humano.
La industria alimentaria
El lugar obvio para comenzar cuando se cambia a una economía que regenera la naturaleza es la industria alimentaria. La forma en que producimos alimentos hoy en día es un factor importante, tanto del cambio climático como de la pérdida de biodiversidad. Depende de cantidades cada vez mayores de fertilizantes sintéticos, pesticidas, combustibles fósiles, agua dulce y otros recursos finitos. Estos son una fuente de contaminación y daño a los ecosistemas y la salud humana.
Al producir nuestros alimentos de forma regenerativa, la atención se centra en mejorar la salud del suelo. Las prácticas agrícolas regenerativas pueden reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero de la producción de alimentos al reducir la dependencia de insumos sintéticos y al construir suelos saludables que absorben carbono en lugar de liberarlo. Además de ayudar a restaurar el ciclo natural del carbono, los suelos sanos pueden retener y absorber mejor el agua, lo que reduce el impacto de las sequías, y el riesgo de inundaciones.
Estas prácticas regenerativas de producción de alimentos incluyen la agroecología, la agricultura de conservación y la agrosilvicultura (cultivo de árboles alrededor o entre cultivos o pastos). Esto da como resultado tierras agrícolas que se asemejan más a ecosistemas naturales como bosques y pastizales nativos, lo que proporciona un hábitat para una amplia gama de organismos y, por lo tanto, aumenta la biodiversidad. Al reducir la necesidad de insumos sintéticos y pesticidas, los polinizadores y microbios en los suelos, que son esenciales para el mantenimiento de ecosistemas saludables, pueden prosperar.
Más espacio para la naturaleza
Además del sistema alimentario, existen otros beneficios para los ecosistemas naturales al adoptar una economía circular. Al mantener los productos y materiales en uso, se requiere menos tierra para obtener materias primas vírgenes, por ejemplo, de las minas. Si desvinculamos gradualmente la actividad económica de la extracción de materiales y mantenemos los materiales en circulación después de su uso, más y más tierra puede devolverse a la naturaleza y puede ocurrir una reconstrucción.
En una economía circular, la tierra dedicada al abastecimiento de materiales se centrará cada vez más en recursos renovables, cultivados de forma regenerativa, en lugar de la extracción de materiales finitos, que permanecerán cada vez más en circulación. Todo esto estará respaldado por una transición a energía 100 % renovable, producida utilizando una infraestructura diseñada para la reutilización, reparación, remanufactura y reciclaje.
Hacer frente al cambio climático
La transición a la energía renovable por sí sola solo abordará el 55 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. El resto proviene de la forma en que fabricamos y usamos productos y alimentos, así como de la manera en que gestionamos la tierra: aquí es donde entra en juego la economía circular. Los beneficios económicos, para la salud y ambientales de una economía circular solo para los alimentos valdrían USD 2,7 billones al año para 2050. Al adoptar los principios de la economía circular, la industria alimentaria podría reducir a la mitad sus emisiones de gases de efecto invernadero proyectadas en 2050.
Ejemplos de empresas que regeneran la naturaleza
Connect the Dots es una iniciativa liderada por la ciudad para promover la agricultura regenerativa local en la zona rural del estado de São Paulo, protegiendo los sistemas naturales amenazados por la expansión urbana y las prácticas agrícolas convencionales. El municipio compra productos de los agricultores locales para proporcionar alimentos saludables a las personas vulnerables. Lo hace a un 30 % más del valor de mercado para incentivar la transición a prácticas regenerativas y promover la inclusión social.
Natura es la compañía de cosméticos más grande de Sudamérica y la quinta compañía de belleza más grande del mundo. Produce una amplia gama de productos, incluidos jabones, cremas y champús, todos los cuales dependen de la rica biodiversidad de la Amazonía para obtener ingredientes y materiales, así como de la "biointeligencia" de las comunidades indígenas. La cadena de suministro de la empresa incluye casi 40 tipos de “activos de la biodiversidad” (ingredientes derivados de plantas) y la participación de unas 7000 familias.
Un elemento clave del modelo de negocios de Natura es el concepto de economía de “bosque en pie”. En términos simples, esto significa que un árbol tiene mucho más valor económico en pie que talado. Esta filosofía ha preservado más de 2 millones de hectáreas de selva amazónica, con el objetivo de aumentar esta área a 3 millones de hectáreas para 2030.
El principio de regeneración de la naturaleza no se limita a la tierra y puede aplicarse también al océano. El método de cultivo oceánico 3D de GreenWave produce una mezcla de mariscos y algas marinas de una manera positiva para la naturaleza. Se compone de un entramado simple de cuerdas y cestas suspendidas justo debajo de la superficie, con especies que crecen a diferentes profundidades. Este enfoque se puede utilizar para la agricultura comercial de productos utilizados para alimentos, fertilizantes, alimentos para animales y bioplásticos, mientras se restauran los ecosistemas marinos.
Las granjas oceánicas regenerativas también pueden impulsar la biodiversidad marina. Los ensamblajes de las granjas imitan la estructura vertical de un arrecife oceánico, proporcionando capas de diferentes hábitats para una amplia diversidad de especies marinas.
El método 3D de cultivo oceánico regenerativo es muy efectivo, ya que apila varias empresas una encima de la otra, creando abundancia en un área pequeña. Como es bastante simple, los costos de puesta en marcha son bajos. Cualquier persona con acceso a 20 acres y un bote puede establecer una granja por USD 20 000-50 000, produciendo alrededor de 60 000 kg de algas marinas y 250 000 mariscos cada año.
Avanzar
Al adoptar el tercer principio de la economía circular, regenerar la naturaleza, podemos cambiar nuestras prioridades. Nuestro enfoque ya no debe ser simplemente hacer menos daño al medio ambiente, sino cómo podemos mejorarlo activamente. Si la economía sigue principios circulares, cuanto más hagamos, mayores serán los beneficios.