"No nos preocupamos demasiado por el cultivo en sí, nos ocupamos de todo el ecosistema".
A qué se dedican
El Grupo Balbo cultiva azúcar orgánica. Utilizan maquinaria modificada y restauran procesos naturales para reducir el impacto del cultivo de caña de azúcar en el medio ambiente y para revivir cultivos y tierras enfermas.
Por qué es un ejemplo de economía circular
Agricultura regenerativa, inspirada en los procesos naturales:
devuelve materia orgánica a la tierra y al medio ambiente, mejorando la salud del suelo
sustituye los fertilizantes químicos nocivos por la fertilización Orgánica
sustituye los pesticidas por un sistema natural de gestión de plagas y enfermedades
El Grupo Balbo también produce el 100% de la energía que necesita para procesar unos 6 millones de toneladas de caña de azúcar al año en centrales termoeléctricas. Éstas funcionan con bagazo de caña (el residuo pulposo que queda después de extraer el jugo de la caña).
El problema del cultivo industrial
Los métodos tradicionales de cultivo se basan en pesticidas y fertilizantes caros que pueden degradar el suelo y contaminar el medio ambiente. Estos métodos también se centran principalmente en la extracción de la cosecha. Esto daña o agota sustancias naturales como el mantillo, el humus y las redes de hongos, que son cruciales para la salud del suelo y su resistencia a largo plazo.
Trabajar con la naturaleza
Leontino Balbo Junior apostó por restaurar los procesos naturales y modificar la maquinaria para mejorar la salud de los cultivos y aumentar los beneficios. Su apuesta dio resultado y el Grupo Balbo ha aumentado la productividad de sus tierras en un 20% desde que dejaron de utilizar productos químicos y riego mecánico.
"¡Es la primera vez que una iniciativa orgánica a gran escala produce un rendimiento superior al de la agricultura convencional!".
Balbo demuestra un profundo conocimiento del funcionamiento de los sistemas naturales y de cómo apoyar la capacidad de regeneración del suelo.
Nuevos métodos para cosechar caña verde
Para reconstruir el capital natural, en lugar de agotarlo, la explotación desarrolló un sistema de cosecha denominado Agricultura de Revitalización del Ecosistema (ARE). ARE combina los principios de la agricultura regenerativa con la innovación técnica para reproducir el ecosistema resistente de las tierras no cultivadas.
El Grupo desarrolló una cosechadora con neumáticos de baja presión para evitar la compactación perjudicial. Corta la caña y tritura los subproductos al mismo tiempo para devolver cada año 20 toneladas de materia Orgánica por hectárea que antes no se utilizaba.
Una alternativa a los fertilizantes y pesticidas químicos
Los fertilizantes potencialmente nocivos han sido sustituidos por el exclusivo Programa de Fertilización Orgánica Integrada, que consiste en aprovechar todos los residuos orgánicos de la fábrica de azúcar (vinaza) y devolverlos a la tierra. Los pesticidas se han sustituido por un sistema natural de gestión de plagas y enfermedades, que utiliza variedades de cultivos naturalmente resistentes, un programa de control biológico y métodos de control cultural para inhibir las plagas y las malas hierbas.
Para valorizar todos los flujos de materiales, se ha puesto en marcha un sistema de reciclaje de subproductos Orgánicos. Los residuos sólidos de la filtración del zumo, las cenizas de las calderas y los residuos líquidos que quedan tras la destilación del etanol se recogen, se aplican de nuevo a los campos y la materia seca se introduce directamente en un horno, que produce 200 toneladas de vapor por hora. Parte de este vapor se utiliza para extraer azúcar de la caña y el resto genera electricidad térmica que alimenta la fábrica y otros edificios, y el excedente se vende a la red.
Generar algo más que azúcar
Native (la marca agrícola del Grupo Balbo), produce 75.000 toneladas anuales de azúcar Orgánico - el 34% del mercado mundial.
También
producen 55.000 m3 de etanol Orgánico
forman a los empleados, ofrecen cualificaciones y la posibilidad de ocupar puestos de mayor cualificación en el programa de producción
generan energía adicional suficiente para abastecer a una ciudad de 476.000 habitantes