Se necesita un tratado jurídicamente vinculante de la ONU con normas mundiales para acabar con la contaminación por plásticos. Por su diseño, debe transformar la industria de los plásticos e impulsar el cambio en toda la cadena de valor de los envases de plástico, desde las grandes multinacionales hasta las microempresas y las pequeñas y medianas empresas (mipymes).
Las MIPYME son cruciales para el éxito de un Tratado Mundial sobre los Plásticos, ya que son motores de la innovación en muchos sectores de la industria de los plásticos y representan el 90% de las empresas de todo el mundo.
Sin embargo, las implicaciones específicas de las ambiciosas normas globales del tratado sobre los plásticos son, hasta la fecha, menos conocidas para las MIPYME.
Por eso la Fundación Ellen MacArthur, en colaboración con WWF, encargó un estudio que evalúa el impacto de un tratado mundial sobre plásticos ambicioso, eficaz y jurídicamente vinculante en las MIPYME de toda la cadena de valor de los envases de plástico. Pretende ser una primera exploración y, aunque aporta ideas útiles, agradeceríamos que se siguiera investigando en este ámbito.
El estudio muestra que los responsables políticos pueden confiar en que existe un amplio apoyo entre las MIPYME a un tratado sobre los plásticos ambicioso y jurídicamente vinculante.
También constata que las normas mundiales pueden desbloquear importantes oportunidades y beneficios en todo el panorama de las mipymes, si se aplican de forma eficaz y justa en el tratado sobre los plásticos.
Para garantizar que las MIPYME aprovechen los beneficios esperados a lo largo del tiempo, el tratado debe establecer medidas políticas específicas que apoyen a las MIPYME en la gestión de la transición, como plazos de aplicación diferenciados y financiación específica para las MIPYME.