Es urgente rediseñar nuestra economía extractiva
La actual economía contaminante y extractiva es el resultado de un sistema basado en el modelo lineal “extraer-producir-desperdiciar”. La extracción y procesamiento de recursos naturales es responsable de más del 90% de la pérdida de biodiversidad y del estrés hídrico. Además, el 45% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero proceden de la manera en que fabricamos y utilizamos las cosas, la forma en que cultivamos nuestros alimentos y gestionamos la tierra. Definida por los principios de eliminación de residuos, circulación de materiales y regeneración de la naturaleza, la economía circular propone un nuevo marco para avanzar hacia un sistema resistente que sea bueno para las empresas, las personas y el medio ambiente.
El impulso en torno a la economía circular es evidente, y nunca ha sido mayor, con empresas y líderes mundiales que empiezan a tomar medidas para eliminar los residuos y la contaminación, hacer circular productos y materiales, además de regenerar la naturaleza. Aun así, los síntomas de nuestra economía lineal se están dejando sentir, y los umbrales planetarios se están alcanzando antes de lo que habíamos imaginado.
Es urgente pasar de la ambición a la acción para ver un impacto positivo, pero a un ritmo acelerado. Un cambio de esta magnitud no puede producirse sin diseño.
El diseño es clave para acelerar la transición hacia una economía circular
Las decisiones de diseño influyen en la manera de fabricar y utilizar materiales y productos. Las alternativas tomadas en las fases de concepción determinan cómo se cultivan y obtienen los materiales, y si los productos se diseñan para ser utilizados y reutilizados o para ser desechados. Más allá de los productos, los mecanismos y sistemas que los sustentan determinan desde la forma en que se venden, comercializan y transportan hasta el número de unidades producidas, influyendo en su ciclo de vida, longevidad, durabilidad, reparabilidad, reutilización y fin de vida.
Revertir los efectos negativos de las decisiones tomadas en una fase temprana puede resultar difícil y costoso. Estas elecciones de diseño determinan mayores bloqueos del sistema, como inversiones a largo plazo en infraestructuras, maquinaria o tecnologías, que sirven a la economía lineal en lugar de a la circular, lo que podría obstaculizar la innovación futura.
Aunque el diseño ha desempeñado —y sigue desempeñando— un papel fundamental en la construcción y el mantenimiento de nuestro modelo lineal, también es fundamental para hacer posibles modelos mejores que funcionen a largo plazo para la sociedad, las empresas y la naturaleza. Para propiciar la aparición de sistemas nuevos y mejores, el diseño es necesario en todos los sectores, a múltiples niveles, desde la forma en que fabricamos y utilizamos las cosas, hasta el diseño de elementos tangibles (materiales o productos) e intangibles (directrices y procesos) que permiten las cadenas de valor y los flujos de materiales. En otras palabras, si queremos cambiar esos flujos materiales y ayudar a las organizaciones a ser fuerzas de cambio positivo en lugar de partidarias del statu quo, “tenemos que abordar las capas más profundas del sistema que están profundamente arraigadas en nuestro paradigma actual, como las mentalidades, las creencias y los modelos mentales”. Cat Drew, directora de diseño, Design Council.
Fomentar un cambio más profundo puede significar cuestionar los elementos establecidos de un sistema. Uno de los mayores retos a los que se enfrentan las organizaciones para pasar de lo lineal a lo circular es que requiere una transformación fundamental de su forma de operar, pero también implica revisar la propia noción de creación de valor. Puede ser difícil darse cuenta, aceptarlo y pasar a la acción, sobre todo porque muchos modelos empresariales actuales se basan en la carrera por la innovación solo para vender más y vender más rápido, un modelo que está en contradicción directa con la creación de una economía circular que sea regenerativa por diseño.
También hay que señalar que algunos esfuerzos circulares se siguen abordando de forma aislada, mecanicista y lineal, en lugar de adoptar un enfoque sistémico. Las organizaciones rara vez prevén el impacto de los productos más allá de una fase de uso corta y limitada, y tratan de abordar los problemas de los residuos y la contaminación donde son más visibles: en la fase posterior. Aunque las actividades "añadidas", como el aumento de la recogida y el reciclaje, pueden mejorar algunos impactos negativos, abordar el problema de esta manera debe considerarse el último recurso. Existen oportunidades de mayor impacto cuando se aplican estrategias circulares a lo largo de las fases de concepción y creación, como el examen del producto, el envasado, el modelo de negocio, la experiencia del usuario, la devolución, etcétera.
Por ejemplo, una empresa que actualmente produce champú en botellas podría plantearse reciclar los envases solo al final de su vida útil. Sin embargo, si los diseñadores tienen el mandato de replantearse el producto en sí, o el modelo de negocio —explorando nuevas vías como el champú sólido o las recargas concentradas—, no solo podrían eliminar grandes volúmenes de residuos de envases, sino también crear nuevas fuentes de ingresos e identificar ahorros de costes asociados al transporte, el almacenamiento y el material de envasado, reduciendo al mismo tiempo el uso de agua o las emisiones de carbono del transporte de los productos.
Cuanto antes nos demos cuenta de cómo traducir y aplicar los principios de la economía circular en las organizaciones, antes se convertirán estas (incluidas las empresas) en fuerzas poderosas para el cambio sistémico.
Cómo puede ayudar el diseño circular
Intentar comprender —y mucho más navegar— por sistemas y transiciones complejos puede resultar abrumador. No solo por su complejidad, sino sobre todo porque están en constante cambio y sus puntos de entrada son infinitos. El diseño es útil para navegar por los sistemas, ya que ayuda a sintetizar datos cuantitativos y cualitativos, y combina la perspicacia con la creatividad para proponer vías de avance que complementen los elementos facilitadores, como las finanzas y la política.
Los diseñadores y creativos se enfrentan cada vez más al doble reto de abordar las deficiencias de nuestros sistemas actuales mediante estrategias de economía circular y, por otro lado, diseñar para una visión ideal a largo plazo de una economía circular que funcione plenamente. Esto, junto con las numerosas presiones y limitaciones de trabajar en organizaciones e industrias establecidas, hace que muchos diseñadores y equipos experimenten una parálisis creativa a la hora de tomar la decisión “correcta”.
Abordar la transición a la economía circular desde el punto de vista del diseño significa pasar de los ajustes superficiales, que en muchos sentidos resultan muy cómodos, al rediseño de los sistemas. Nos obliga a cuestionar construcciones sociales profundas, como los comportamientos, los rituales, las mentalidades y los valores que influyen en el funcionamiento actual de la economía, y a considerar qué debe cambiar para que la economía circular alcance todo su potencial. Hacerlo es un acto de valentía, pero el diseño puede ayudar a sortear la incomodidad y la ambigüedad inherentes a tal cuestionamiento y, a través de los procesos de diseño, se puede crear claridad, generar una intención compartida y proponer vías de actuación.
"La falta de pensamiento holístico es una de las razones por las que las industrias se han quedado atascadas en modelos de negocio lineales hasta ahora. Lo que significa que, para implantar un modelo más circular, una empresa debe aplicar el talento y el pensamiento de diseño a todo su sistema, de principio a fin... o, para un modelo circular, de principio a fin y de principio a fin".
Malin Orebäck, experta senior en eiseño, McKinsey Design
El diseño circular es una práctica de diseño basada en los tres principios de la economía circular junto con un enfoque de pensamiento sistémico. Mucho más que una lista de comprobación normativa o instrucciones técnicas, es una lente creativa a través de la cual se aplica una mentalidad circular y regenerativa que va más allá del rediseño de productos para considerar el rediseño de los sistemas que nos rodean. Las acciones de diseño circular interrelacionadas pueden ayudar a navegar por la transición de lo lineal hacia lo circular, garantizando al mismo tiempo que las intervenciones circulares sean:
adecuadas al contexto;
capaces de crear más valor para muchos a largo plazo;
hechas para un sistema evolutivo y dinámico.
A medida que surge esta práctica del dise ño, van surgiendo diferentes interpretaciones. Gran parte del debate actual sobre el diseño circular se centra en nuevas prácticas o actividades, como los productos reparables, los modelos de producto como servicio, los activos duraderos o el uso de biomateriales, por citar solo algunos.
Sin embargo, muchas de estas estrategias son totalmente desconocidas para las organizaciones que operan en la economía lineal actual. Los intentos de integrarlas en los procesos de innovación existentes suelen quedarse cortos y dan la impresión de que son fáciles de aplicar, lo cual es engañoso.
Por lo tanto, para desbloquear todo el potencial del diseño circular, debemos tener el valor de considerar y abordar los procesos, las condiciones y las mentalidades que permiten esas nuevas prácticas.
Debemos preguntarnos: ¿Cuáles son las nuevas formas de pensar y actuar que los diseñadores y sus colegas deben emplear para conseguir resultados más circulares y regenerativos? Además, para crear el mandato para que los diseñadores amplíen los límites e innoven hacia una economía circular, el diseño debe considerarse un esfuerzo estratégico integrado en todas las funciones empresariales.
Aunque el problema y el destino están cada vez más claros, lo difícil es el viaje en sí, de lineal a circular.
La siguiente estrategia adaptativa puede ofrecer a las organizaciones orientación sobre cómo navegar por una transformación de la economía circular impulsada por el diseño y dónde centrar sus esfuerzos. Cada capítulo incluye tres partes: una definición de cada punto de apalancamiento del diseño que incluye sus beneficios relacionados, pasos concretos para emprender acciones relacionadas con cada punto y mejores prácticas o estudios de casos que ejemplifican cada área de interés. Animamos a las organizaciones a utilizar la estrategia adaptativa como herramienta para iniciar y poner a prueba proyectos que pongan el diseño al servicio de una transición circular.
Próxima: Observar e interpretar el sistema
Aplicar diferentes enfoques de mapeo de sistemas para comprender el contexto en el que opera la organización. Apuntar información relevante que puede ayudar a determinar dónde actuar.